Remedios Varo fue una artista excepcional. Su obra es minuciosa, misteriosa, onírica. Está llena de alegorías que abarcan desde el misticismo hasta el psicoanálisis. En sus pinturas se destacan no solo su habilidad para el dibujo sino su capacidad de crear un universo propio, cuyos personajes parecen extraídos de un sueño.
Nació el 16 de Diciembre de 1908 en Girona, España. Su padre era ingeniero hidráulico y esto hizo que en su niñez transcurriera en lugares tan diversos como Madrid y Marruecos. A los 15 años se inscribe en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid, convirtiéndose así en una de las primeras mujeres en ingresar a dicha academia.
En 1935 se une al grupo surrealista catalán Logicofobista, con quienes participa en una exposición histórica en Barcelona. En 1936 conoce a Benjamin Péret, quien se convertiría en el amor de su vida. Durante la Guerra Civil Española, Remedios Varo estuvo del lado republicano, razón por la cual decide huir a Francia.
En 1941, Remedios Varo y su esposo llegan a México como refugiados políticos. Allí se encontrarían con personajes de la talla de Leonora Carrington, Octavio Paz, Frida Kahlo y Diego Rivera. Es también en México donde Remedios Varo lleva a cabo su primera exposición individual. La artista nunca regresó a España.
Remedios Varo no estaba sólo interesada en las artes, también era una estudiosa de campos tan diversos como la botánica, la zoología, la alquimia y el esoterismo. Todo esto dota a su obra de un profundo lenguaje simbólico.
Remedios se casó tres veces. Nunca logró vivir completamente de la pintura, razón por la cual trabajaba como ilustradora publicitaria y diseñadora de vestuarios, escenografía, e incluso falsificó por encargo pinturas de Giorgio de Chirico.
Remedios Varo falleció en Ciudad de México el 8 de octubre de 1963, de un infarto de miocardio. La última obra que pintó fue Naturaleza muerta resucitando, la cual fue hallada en su estudio junto al boceto de la que sería su próxima pintura: Música del bosque.