Judit Decapitando a Holofernes es la obra más famosa de la pintora italiana Artemisia Gentileschi. La escena es estremecedora: Judit, la bella heroína israelita, decapita con la ayuda de su sirvienta al general asirio Holofernes, quien se ha quedado dormido borracho. La sangre mana del cuello de Holofernes mientras las mujeres hacen un visible esfuerzo para cortar su cabeza. Nunca antes el tema había sido tratado con tanta crudeza; ni siquiera Caravaggio en su versión llegó a mostrar esta escena bíblica de una forma tan visceral.
Para analizar esta obra quizás sea necesario hablar de un hecho que marcaría profundamente a su autora, Artemisia Gentileschi:
El padre de Artemisia, Oracio Gentileschi, al ver el talento de Artemisia, le pide al pintor Agostino Tassi que la convierta en su alumna y le de clases particulares pues las mujeres no recibían las mismas enseñanzas que los hombres en las academias. Pero Agostino Tassi, aprovechándose de la confianza de la familia, abusa sexualmente de Artemisia, cuando ella tenía 18 años.
Agostino Tassi prometió casarse con Artemisia, pero esto no era posible pues él ya estaba casado. Entonces el padre de Artemisia lo denuncia, pero Tassi contrata testigos que acusan a Artemisia de haberlo seducido. El proceso fue muy difícil para la víctima, ya que fue sometida a interrogatorios terribles y a revisiones ginecológicas. Al final a Tassi le dan a escoger entre 5 años de trabajos forzados y el exilio, y él, obviamente, eligió lo segundo.
Por esto no es de extrañar que la temática de Artemisia Gentileschi gire en torno a mujeres fuertes y guerreras. La frustración que sintió la artista al ver que su victimario jamás pagó el crimen que cometió, hizo que su obra se convirtiera en un manifiesto donde la mujer tiene el papel principal y se resiste a ser sometida.
Artemisia Gentileschi pintó dos versiones de Judit Decapitando a Holofernes. La obra probablemente fue encargada por Cosimo II de Medici y fue considerada tan violenta que durante muchos años estuvo relegada a un oscuro rincón del Palacio Pitti. Ahora es una de las obras más admiradas de la Galeria Ufizzi en Florencia, donde podemos apreciar esta magistral obra de una artista cuya importancia ha sido reivindicada en los últimos años.
