Esta pintura al óleo de Gustav Klimt representa a Dánae, un mito que ha sido tratado en varias ocasiones por artistas como Rembrandt, Tiziano y Artemisia Gentileschi.
Según la mitología griega, Dánae era una bella joven, hija de Acrisio, rey de Argos. El oráculo profetizó al rey que sería asesinado por su nieto, por esta razón el rey encierra a Dánae en una torre de bronce, para evitar que se cumpla la profecía. Pero Zeus se enamora de ella y entra a su habitación en forma de lluvia de oro. De esta unión nació Perseo, quien finalmente cumple la predicción del oráculo y accidentalmente mata a su abuelo, el rey Acrisio.
Klimt representó el momento en que Zeus posee a Dánae, dotando la pintura de una increíble atmósfera de sensualidad: el cuerpo contorneado de Dánae, su boca entreabierta, su mano crispada, la lluvia de oro entre sus piernas, todo evoca un instante erótico, casi onírico si consideramos la posición fetal de la modelo y sus ojos cerrados.
Puedes observar esta obra en la Galerie Würthle de Viena.