La Gitana Dormida (La bohémienne endormie) es una pintura creada en 1897 por Henri Rousseau. Este óleo sobre lienzo mide 200.7 x 129.5 cm y está actualmente en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Pertenece al arte naíf o primitivista, un movimiento caracterizado por una estética que imita el arte popular, sin formación académica formal.
Henri Rousseau era un funcionario de peaje en París sin formación profesional en arte. Pese a esto, tenía aspiraciones de ingresar al Salón de los Independientes, donde presentó esta obra. Inicialmente, Rousseau intentó vender la pintura al alcalde de su ciudad natal, sin éxito. En 1924, la obra fue redescubierta por el crítico de arte Louis Vauxcelles . Posteriormente, fue adquirida por el MoMA, consolidando su relevancia dentro de la historia del arte moderno.
Análisis de la obra
La Gitana Dormida muestra a una mujer dormida en el desierto, junto a una mandolina y una jarra. A su lado hay un león que parece olfatearla bajo la luz de la luna, pero no la ataca.
La composición de La Gitana Dormida es sencilla y equilibrada. La postura de la mujer y la serenidad del león sugieren una coexistencia pacífica entre lo humano y lo animal. Los colores son intensos y están cuidadosamente aplicados en áreas definidas, lo que destaca el contraste entre el paisaje oscuro y la luz de la luna. Rousseau utilizó una perspectiva plana y delineados nítidos, algo muy característico del arte naïf, lo que da a la obra un carácter casi surrealista.
La importancia de esta pintura radica en cómo Rousseau desafió las normas académicas y cómo su estilo influenció a artistas de vanguardia como Picasso y Kandinsky. Su representación de un paisaje exótico y onírico anticipa elementos que más tarde se verían en el surrealismo y otras vanguardias. La Gitana Dormida se valora hoy como una obra que rompió con la tradición académica, abriendo paso a una nueva visión artística libre de convenciones estéticas formales.