En 1937, Pablo Picasso recibió el encargo de pintar una obra para el pabellón español de la Exposición Internacional de París. Aunque no le fue pedido un tema concreto, Picasso optó por crear una obra que hablara sobre los horrores de la guerra y para ello se inspiró en el bombardeo a la población vasca de Guernica, en el contexto de la guerra civil española. Dicho bombardeo fue llevado a cabo por las fuerzas de aviación alemanas e italianas, quienes apoyaban al bando sublevado (dirigido por Francisco Franco) contra el gobierno de la Segunda República.
Guernica es considerada una de las pinturas más importantes de Pablo Picasso, pues a pesar de referirse a un hecho histórico concreto, muestra el dolor y el sufrimiento que causa la guerra a la humanidad, es así como Picasso logró retratar un sentimiento universal partiendo de un evento particular.
Análisis de la obra
Guernica es una obra prácticamente monocromática de grandes dimensiones: 776,6 cm × 349,3 cm. Consta de 9 personajes: 6 humanos y 3 animales. Podríamos dividir su composición en 3 grupos:
- A la izquierda: El toro, la paloma y la mujer con el niño en sus brazos.
- En el centro: El caballo, la mujer arrodillada y el soldado muerto.
- A la derecha: La mujer con el quinqué y la mujer gritando en el edificio en llamas.
En Guernica encontramos una escena muy dinámica: el sufrimiento, la desesperación y la tristeza unen a sus personajes, los cuales se desenvuelven a través de las luces y las sombras estableciendo un diálogo dentro de la catástrofe.
A pesar de que el título de la obra es muy concreto, en Guernica no hay ninguna alusión directa al bombardeo. Es más bien una obra simbólica, que busca transmitir los sentimientos que genera la guerra en el ser humano, sin ser explícita en cuanto a la representación del hecho histórico.
Teniendo en cuenta que Picasso no fue un pintor político sino más bien autobiográfico, algunos críticos han planteado la hipótesis de que la obra no narra el bombardeo a Guernica, sino que se refiere a una experiencia personal, una especie de retrato familiar donde el toro representa a Picasso, el caballo a su ex mujer Olga Koklova y la mujer con el niño en sus brazos a su amante Marie Thèresse Walter. Según esta hipótesis, Picasso le dio el nombre de Guernica a la obra para darle más relevancia, pero el punto de partida fue meramente autobiográfico.
A pesar de ello, el Guernica sigue representando un grito de denuncia contra la guerra. Tras ser expuesto en París, y viajar por varias ciudades, Picasso lo cedió al MoMA de Nueva York, con la condición de que sería devuelto a España cuando se restauraran la República y las libertades democráticas. Pasarían 44 años para que el Guernica volviera a su país de origen, en 1981. Actualmente se exhibe en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.
